Porque conocí el amor y también el odio;
porque además experimenté tanto la buena compañía como la más absoluta soledad.
Precisamente por todo ello elegí esta última como oportunidad única y
necesaria en la que puedo ser yo mismo y
evitar todo sufrimiento que me puedan ocasionar las otras (aunque algunas veces
incluso me da tiempo a aprender a amarme y odiarme siendo siempre mi mejor
compañero). No obstante, nada es bueno en exceso y hay momentos para todo pero
al igual que no se puede extraer de forma forzosa a una criatura de su
madriguera no se puede obligar a alguien
a salir de su más sumida soledad. Debe ser algo que el sujeto en cuestión esté
dispuesto a hacer aunque se exponga al riesgo de que entonces nadie esté a su
lado para verlo, a deslumbrarse con todo lo que le rodee al salir.
De todas formas yo ya lo he intentado en
varias ocasiones y no es por resultar testarudo. No, que va. Pero realmente con
quien más cómodo me he encontrado ha sido conmigo y dudo que eso cambie por
muchas veces que decida salir de mi refugio. Ha llegado el punto en el que
cualquier presencia humana por mínima que sea me moleste en exceso. Una parte
de mí teme volverse asocial, la otra en cambio no tiene más que recordar… Con
eso basta para aferrarme aún más a mi cubil. Pero afortunadamente no todos son
malos recuerdos los que cosecho, los que
me hacen estar así; sino los buenos que yo, en mi tan preciada intimidad, puedo
llegar a conseguir sin necesidad de nadie y los cuales superan con creces
cualquier presencia por muy buena que sea. Sí, quizá eso me haga mirar con
recelo la compañía de otros asociándolo como un obstáculo, algo de lo que
prescindo y no es miedo a equivocarme con mis propias ideas, ni tampoco soy
narcisista y me adoro a mí mismo y a nadie más... Si estoy bien y no necesito
nada más creo que es totalmente aceptable desde cualquier punto de vista.
Nada es bueno en exceso… Sobre todo pensar
que no tenemos o que no importamos a nadie al estar aislados hace que en
ocasiones se eche de menos pero solo son momentos de flaqueza que uno puede
superar. El verdadero problema es que al pasar tanto tiempo solo, tantas
confesiones personales a ti mismo, tantas risas, llantos, aburrimiento,
diversión… Al final lo peor que te puede suceder es caerte mal. Al igual que
cuando dos enamorados deciden casarse, compartir sus vidas y jurarse el más sincero
amor y fidelidad, debes ser consciente de que las cosas pueden no salir como
esperabas y es entonces cuando no puedes echarte atrás ni divorciarte pues no
existe tal cosa en uno mismo sino tratar de consensuar un mutuo acuerdo entre
tu ánima y tu razón para mantenerlas en armonía.
Que sea una persona solitaria, que sabe
disfrutar de esta, siendo totalmente independiente no quiere decir que me aleje del todo de mis
seres queridos a los cuales siempre guardo en gran estima y aprecio pues son y
serán los únicos que se merecen mi cariño, siendo yo, dicho sea de paso,
considerado muy mimoso a pesar de todo (y lo reconozco). Algunas personas que
mínimamente me conocen me suelen aconsejar equívocamente (a mi parecer) que
debería ser con todo el mundo igual que con ellas, yo les contestaría: “pues si
soy así contigo no te preocupes tanto como soy con los demás ya que habré visto
en ti algo distinto que me haya convencido para mostrarte la puntita del
iceberg de mi personalidad, cosa que otros ni se acercan”. Si alguien me
preguntara entonces qué es lo que me motiva a ser así de retraído, de esquivo
con la gente, tendría argumentos
suficientes como para seguir escribiendo pero por no alargar demasiado tan
evidente respuesta le diría que sencillamente quienes son capaces de hacerse
una buena introspección, de aceptarse tal cual son y de guardarse sus emociones
y sentimientos son los que más amor y ternura pueden llegar a dar. Pero claro
está, solo a aquellos que me han respetado, apoyado y aguantado en todo momento de manera
altruista, y aun así nunca, nunca me llegaron a dejar solo del todo y, que sin
sentirme en deuda con ellos, les debo mucho. Dicho esto, si decido estar así es
porque me hace sentirme bien, cómodo, no me concibo de ninguna otra manera y porque
me caigo genial, entre otras muchas razones.
Empecé a ser introvertido cuando me di cuenta
ya de pequeñito que mi extroversión sacaba a la luz mis defectos y virtudes y,
en principio eso me daba igual, lo que me enojaba era que llegaran a las manos equivocadas
y se utilizara con malas intenciones. Antes hablaba de recuerdos y por poca
experiencia que denota en principio mi corta edad, sé que esa gente sigue
estando ahí, ha crecido igual que yo y no me merece, como tampoco merece la
pena mostrarles tal cual soy en verdad, sería una pérdida de tiempo porque no
tengo ningún interés. Sigo cerrado, y al igual que un buen libro, solo seré
abierto a aquel que esté a la altura de conocer mis historias, así como de
aguantarlas y, en casos extremos, de disfrutar con ellas. Y aun así creo que no
hay ni una persona que haya podido llegar a la mitad (ni mi familia, ni mis
mejores amigos).
Hay quien asocia el estar solo con estar
amargado, os juro que lo he oído. Pero para esa gente que ignora la diferencia
yo se la detallo un poco: el que está solo porque quiere y porque puede llega
perfectamente a ser más feliz que uno bien o mal acompañado; y el amargado
bueno, en verdad hay dos tipos de amargados, primero el que he dicho que estaba
mal acompañado, que por lo tanto es un infeliz y el otro el que está solo
porque nadie le quiere o aguanta. Al menos ese es mi punto de vista, de nada.
En fin, os recomiendo que en algún momento de vuestra vida desconectéis de todo y todos los que os hagan sentir atados. Entonces, y solo entonces os daréis cuenta de quién verdaderamente merece seguir formando parte de ella ya que notaréis su presencia (no necesariamente física) sin haceros sentir atosigados porque si verdaderamente esa persona quiere lo mejor para ti, por mucho dolor que le pueda ocasionar no actuará acorde a sus intereses sino que acatará los tuyos. Pero no me hago responsable de las consecuencias que conlleve descubrir falsos amigos, amantes o compañeros, eso queridos, eso es cosa vuestra… Y ojo, que esto no altere vuestros intereses pues es un acto como cualquier otro: totalmente consciente y consecuente.