Jurando futuros
inciertos, desplegando alas,
lidiando entre nuestras
suaves pieles descalzas
profesábamos desenfrenos
apasionados
mas todo quedó en
lujuria, juegos y besos…
Y es ahora cuando me
pregunto si en cierto modo
mereció la pena sufrir
tanto por tan poco
¿Y si realmente la llama
que antes hubo sigue encendida?
Quizá ésta se halla en
tu espalda perdida.
De aquellos abrazos
caídos en el olvido
al igual que yo también
caí en el descuido
de querer a quien nunca
debí haber querido,
de pretender amar a
quien fuí un desconocido.
Da igual, no la busques,
es inútil,
como una colilla tirada
en el suelo:
siendo el humo nuestra
pasión volátil
sus cenizas, agridulces
recuerdos.
Despídete de mí como
nunca lo has hecho,
atrévete a ser otra vez
mi amor eterno
mírame por última vez a
los ojos
y dime que todo fue
mentira, un mal sueño.