lunes, 25 de mayo de 2015

Mis suspiros a ti debidos

El calor de tu regazo en aquellas tardes tan efímeras e inconclusas. En las que siempre quedaban pendientes nuestras ganas de más. 

El amor que me diste. 
El que eras. 

Tu carácter. 
El que conseguía enternecer a cualquiera y cuya presencia, ahora, se anhela. 

El recuerdo tuyo que dejaste. 
El que jamás expirará. 

Por todo ello y muchos suspiros más.
Te quiero, desde siempre.
Hasta nunca parar.

Allí en las montañas, donde el sol de soslayo da, si da. 
Donde el calor de tu corazón ganaba al frío invernal. 
Allí, y en cualquier parte, el niño que ayer cuidaste mientras dormía, hoy y desde un año ha, sueña con volverte a encontrar. 

Quizás en otra vida. 

Ojalá.




Para Elvira, por el tiempo que me dedicó y por el que ya no tiene.