jueves, 5 de febrero de 2015

Aún perduraban motivos
que alentaban su esperanza;
escasos los buenos recuerdos
que el tiempo difuminaba.

Como llamas incandescentes,
reconvertidas en ascuas a
su alma viva casi muerta
apenas fuerzas le quedaban.

2 comentarios:

  1. Ese poema me recuerda a las estrofas de Vivo, autoría de Sía. Tienes buena prosa, la buena mezcla de la rima tradicional con el símil.

    Cordial saludo, de J.C.H. Nieves.

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  2. Muchas gracias, Juan. Aún me queda mucho por escribir y aprender pero me alegra mucho tu comentario.

    Saludos.

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